[1] Ningún Gobierno polaco estaba dispuesto a conceder estas exigencias, que hubiesen convertido al país en dependiente económica y políticamente de su vecino.
[7] En 1932, con el agravamiento de la crisis económica en Alemania, creció aún más la campaña revisionista contra Polonia.
[16][14] Como respuesta, al día siguiente de las elecciones en Alemania, Piłsudski reforzó ilegalmente la guarnición de Westerplatte, como advertencia a Danzig y a Alemania,[17][14] y se sucedieron las manifestaciones antialemanas en todo el país.
[13] La alianza franco-polaca, basada en un acuerdo político y militar firmado en febrero de 1921,[19] comenzó pronto a debilitarse.
[20] Francia, convencida de la necesidad del apoyo británico para mantener su seguridad frente a Alemania, comenzó a partir de 1924 a desarrollar una política que lograse dicho apoyo, postura facilitada por la política exterior alemana durante el periodo del ministerio de Gustav Stresemann, que buscaba la estabilidad en la frontera occidental mientras propugnaba la revisión en la oriental.
[21] Francia buscaba un entendimiento con Alemania a la vez que trataba de rebajar sus obligaciones hacia Polonia.
[6] La relación con Alemania, por el contrario, no fue tan sencilla de rectificar y había empeorado incluso al agravarse la Gran Depresión.
[29] La mala situación económica polaca, agravada por la falta de inversiones extranjeras por la continua tensión con Alemania y el escaso comercio con esta, también parecían aconsejar el acercamiento.
[31] La llegada al gobierno alemán de un canciller que por primera vez parecía desear la mejora de relaciones con Polonia, concentrar su interés en Austria y no en Polonia, y oponerse al anterior entendimiento germano-soviético, también favorecía el objetivo.
[29][32] En abril aún no se pudieron comenzar las conversaciones, al haber aumentado la rivalidad entre los dos países por una serie de incidentes.
[38] Piłsudski, sin embargo, aún no había optado definitivamente por un acuerdo con Hitler,[39][36] pero la relación entre ambas naciones mejoró lentamente, aunque sin grandes gestos por ninguna de las dos partes para no desagradar a la opinión pública nacional.
[40] Mientras, tras la gran victoria nazi en las elecciones locales en Danzig en mayo, Hitler ordenó a sus correligionarios de la ciudad abandonar la anterior provocación y adoptar una actitud más conciliadora con Varsovia.
[50] Durante los dos meses siguientes hubo un intercambio de borradores hasta que se alcanzó el acuerdo sobre la redacción definitiva.
[56][57][58] Firmaron el ministro de Asuntos Exteriores alemán Konstantin von Neurath y el embajador polaco, Lipski.
[56][41] Durante el periodo de rearme secreto alemán, Hitler lograba asegurar su frontera oriental[53] y proteger Danzig, para entonces gobernada por los nazis locales.
[55] Pilsudski y Beck quedaron muy satisfechos con el acuerdo, que impresionó a la opinión pública polaca.
[8] Según avanzó la década, el Gobierno polaco se mostró cada vez más reacio a tomar medidas que pusiesen en peligro su acuerdo con Alemania y no actuó para frenar el rearme alemán.
[61] Los responsables políticos polacos fiaron equivocadamente en que Hitler mantendría el pacto incluso cuando ya no servía sus intereses.
[63] El estado del rearme alemán a finales de 1933, además, no parecía aún suficientemente preocupante.
[63][64] La situación de la hacienda polaca, muy afectada por la Gran Depresión, imposibilitaba además siquiera una movilización parcial.
[63] Para Stalin fue un revés, que cercenaba la anterior cercanía germano-soviética cimentada en el Tratado de Rapallo y aislaba temporalmente a la Unión Soviética en sus relaciones internacionales.
[19] Francia llevaba años dispuesta a aceptar exigencias alemanas sobre Polonia que la hubiesen convertido en un satélite de Alemania.