Licenciado en Teología, ingresa en 1657 en el monasterio capuchino de las santas Justa y Rufina de la capital,[16] donde profesa al año siguiente.
[18] Continúa relatando el padre Anguiano que «viendofe folo», pues, determina recorrer el territorio, convirtiendo a un altísimo número de indígenas de todas las edades (desde reyes hasta esclavos) e incluso a varios ingleses residentes en sus costas, entre los que se menciona especialmente a un capitán que vivía en el reino de Magrabumbo, «que era antes pertinacifsimo y cruel herege».
[19] Transcurridos unos años sin que llegue ayuda alguna, decide volver a España con la idea de solicitar el envío de nuevos misioneros que prosigan su trabajo, para lo que, nuevamente, ha de recurrir a un barco inglés «que hazia viage para Barbadas [sic]»,[20] donde, poco antes de llegar, se ha declarado una grave epidemia de peste: Por tercera vez a bordo de un «navio de hereges Inglefes»,[20] llega a Londres, donde, inmediatamente, se le cita para que comparezca ante los miembros de la Real Compañía de Comercio («que es como el Confejo de Hazienda en Efpaña»),[21] a la hora señalada, lo que, a la vista de las persecuciones sufridas en la isla, le hace suponer que va a ser ajusticiado por hereje (en realidad, lo que recibió fue la felicitación «por la mucha caridad que avia tenido en Barbadas con los de fu Nacion»).
[22] Sorprendido por tan grato desenlace, referiría más tarde que semejante actitud le hizo sospechar que quienes lo llamaron eran «Catholicos ocultos: porque à no lo ser, parece que no le harian finezas tantas».
[22] En 1669,[14] llega finalmente a España (Madrid), donde permanece unos meses.