[1] Escribió obras de diversa naturaleza ilustradas con sus propios grabados de un sabor popular en las figuras, entre ellas el primer tratado de prestidigitación escrito y publicado en España: Engaños a ojos vistas, y diversión de trabajos mundanos, fundada en lícitos juegos de manos, que contiene todas las diferencias de los Cubiletes, y otras habilidades muy curiosas, demostradas con diferentes Láminas, para que los pueda hacer fácilmente cualquier entretenido.
Su autor Pablo Minguét e Yról, residente en esta Corte.
[3] En 1749 publicó en la imprenta de Juan de Zúñiga un calendario y santoral en cuatro volúmenes en cuarto, con texto propio y profusamente ilustrado con estampas xilográficas, del que salió una segunda edición en 1779: Diario sagrado, y Kalendario general para todo género de personas, con un compendio de la Vida del Santo de cada día, y su Imagen en curiosas Láminas, siendo los mas Santos Españoles.
Compuso, además, diversos tratados para aprender a bailar y a tocar toda clase de instrumentos musicales sin maestro, materias que él había aprendido del mismo modo en los libros, entre otros, de Gaspar Sanz y de Santiago de Murcia, según decía en el preámbulo a las Reglas, y advertencias generales que enseñan el modo de tañer todos los instrumentos mejores y más usuales como son la guitarra, tiple, vandola, cythara, clavicordio, órgano, harpa, psalterio, bandurria, violín, flauta, travesera, flauta dulce y la flautilla: con varios tañidos, danzas, contradanzas y otras cosas semejantes, demonstradas y figuradas en diferentes láminas finas, por música y cifra al estilo castellano, italiano, catalán y francés, primera edición en Madrid, por Joaquín Ibarra [1752, fecha de la licencia], obra vendida por partes y en cuadernillos sueltos, de la que se conoce alguna reimpresión.
Algunas otras de las obras en papel que ofrecía a la venta en su casa eran un librito de meditaciones para la misa, varias veces reimpreso, el Compendio historico, y geografico de los emperadores, y reyes que hoy posseen la Europa, la descripción de sus cortes, y religión; con diez y seis mapas que demuestran sus reynos, y provincias, y sus escudos de armas; compuesto por Pablo Minguet, en la imprenta del autor, 1763, los Juegos de la fortificación[4], a los que se puede jugar como al juego de la oca con una baraja en lugar de dados o como se juega a la perinola, las «quatro Cartas curiosas; el Relox de faltriquera; el Rosario estrellado; el Sto Nacimiento del Niño Dios con un Labyrinto curioso (...) y otras diferentes Estampas curiosas y de divertimento».