Estará atento a las inquietudes políticas y sociales que tengan relación con su labor, pero no aceptará presiones interesadas ni críticas subjetivas.
Será austero y discreto; pero reclamará el sitial que corresponde a la dignidad de la Constitución.
Comenzó sus estudios escolares en 1929 y culminó el bachillerato en 1940 en su ciudad natal.
En 1951, volvió nuevamente a trabajar como secretario de la delegación boliviana en la ONU.
En 1998, se convirtió en el primer presidente del reciente creado Tribunal Constitucional de Bolivia.
Sus restos mortales yacen en el Cementerio General de Santa Cruz.