En materia televisiva, participó activamente en ciclos como el infantil El tío Alejandro; Juicio oral al paso junto a Osvaldo Pacheco, en 1962; ese mismo año, interpretaron juntos Un Osvaldo al más allá; le siguieron programas de humor como La matraca y La tuerca; la serie Carola y Carolina, protagonizada por las hermanas Legrand; el ciclo de comedia Matrimonios... y algo más (1967); durante la década de 1970, fue parte de unitarios de ficción teatral y literaria como Las grandes novelas, Alta comedia y Los protagonistas; la telenovela Hola Pelusa (1980); y fue protagonista de nueve episodios de Los especiales de ATC, subtitulados Los especiales de Osvaldo Terranova, dando cuerpo y voz a icónicos personajes principales del teatro criollo en las siguientes obras: Mateo, Jettatore, Nuestros hijos, Giácomo, Gunte de Barracas, He visto a Dios, Los chicos crecen, El atajo y El viejo Hucha.
El crítico Ernesto Schoo, quien lo define en un homenaje póstumo como un "Hombre de extrema y refinada sensibilidad, con sentido del humor, ocultaba pudorosamente sus angustias bajo la apariencia de una inalterable bonhomía", lo ha comparado con el gran actor Luis Arata, ya que, según sus palabras, "Tenía la sutileza, el don poético de los artistas auténticos, sin perder la gracia de los tipos también auténticamente populares, en los que todos nos reconocemos".
(...) Aunque le tocase interpretar a un hombre bondadoso y gentil, Terranova, entre los muchos matices de su voz y su máscara, tan flexibles ambas, deslizaba siempre la inquietante posibilidad de un Otro en la sombra.
Lo que no le impedía divertirse y divertirnos cuando hacía comedia, con agudo sentido del timing : el don innato -imposible de aprender, porque no se lo puede enseñar- de calcular el tiempo exacto en que hará efecto un gesto, o una réplica".
[1] Falleció a pocos meses de cumplir 61 años, a causa de muerte súbita, mientras grababa la serie Los gringos.