La localidad está situada a una altitud de 646 m sobre el nivel del mar.
La toponimia municipal tiene origen ligur o prerromano y procede de la derivación del término “Usco”.
Conserva restos que atestiguan su pasado romano y figura en las crónicas de Ptolomeo.
Ha sido restaurada varias veces, la última por Leopoldo Eijo y Garay en 1964 (se conserva una placa en la fachada).
Tiene en su interior una pila bautismal renacentista del siglo XIV (situada a la derecha de la entrada), y un bello artesonado central.
La imagen ha sido coronada y declarada alcaldesa perpetua del pueblo en 1962, cargo ratificado en el 2000.