Su paisaje está formado por llanuras, cultivos y leves desniveles de terreno.
La localidad se encuentra a una altitud de unos 718 m sobre el nivel del mar.
Por otra parte la Vega del Tajuña, río en el que desemboca el arroyo conocido por los Valdilecheros como “Cacera Madre”.
[3] En la Edad Moderna el pueblo adquiere el título de villa (1556), otorgado por el rey Felipe II.
Éste fue un seminarista que llegó a ser alcalde del pueblo, convirtiéndose en bandolero bienhechor de los más pobres y jefe principal de una banda que operaba en los alrededores y por toda la comarca del Tajuña.
A mediados del siglo XIX, el lugar contaba con una población censada de 1115 habitantes.