En el siglo XX se moderniza y descentraliza la Administración territorial municipal.
Es, pues, una solución conservadora que impone como única lógica territorial la de Madrid, perdiendo personalidad los municipios incorporados.
En opinión de los expertos este conservadurismo, que no reconoce ni el incremento poblacional, ni la complejidad social y económica, ni las nuevas líneas maestras sobre el territorio creadas por las infraestructuras ferroviarias, aumenta la disfuncionalidad de la división y hace que algunos distritos, como Vallecas o Fuencarral, tengan en su interior verdaderas barreras ferroviarias.
Se reconfiguran los distritos de la llamada «almendra» central, que se amplían hasta siete, manteniendo los límites históricos: Centro, Arganzuela, Retiro, Salamanca, Chamartín, Tetuán y Chamberí.
Los otros once que completan los dieciocho establecidos son: Fuencarral-El Pardo, Moncloa, Latina, Carabanchel, Villaverde, Mediodía, Vallecas, Moratalaz, Ciudad Lineal, San Blas y Hortaleza.
En cuanto a los límites de distritos y barrios, se hace un esfuerzo por atenuar el efecto barrera de las vías férreas, aunque no se sigue del todo.
El ferrocarril sigue, sin embargo, sin vertebrar el territorio: solo la prioridad concedida en los últimos años del siglo a la red ferroviaria de cercanías y la construcción del Metrosur están consiguiendo reducir los efectos frontera que a lo largo de todo el siglo han supuesto las infraestructuras.
La ciudad de Madrid está dividida en 21 distritos, que a su vez están gobernados por sus correspondientes Juntas Municipales.
Estos órganos se encargan del gobierno de una manera mucho más local, ya que en una ciudad como Madrid sería casi imposible administrar tanta población de manera completamente centralizada.
[3] La elección del candidato del PSOE a la alcaldía de la capital, sin embargo, fue algo más accidentada[4] y dio bastante más juego a los medios de comunicación.
Desde un principio se pensó que la candidata de las últimas elecciones, Trinidad Jiménez, sería quien volviera a repetir la candidatura.
Sin embargo, Bono, que pareció dispuesto a aceptarlo en un primer momento, acabó rechazando la propuesta al día siguiente.
[10] El mismo día en que se conoció quién iba a ser su principal adversario político, Ruiz-Gallardón aseguró que «es Zapatero quien, a través de Sebastián, ha decidido librar la batalla política por la alcaldía de Madrid y será él quien asuma las consecuencias»,[11] una idea que mantuvo durante los meses posteriores.
Nueve partidos más obtuvieron menos de 1.000 votos: PH, TC, ID, FA, TCAP, UCL, INDIO, UL y PAIE.
[17] Con estos resultados, Alberto Ruiz-Gallardón se mantuvo en la alcaldía sin necesidad de pactos, al conseguir la mayoría absoluta.
Seis partidos más obtuvieron menos de 1.000 votos: ULEG, POSI, FA, CYD, PCAS, UCE.
El PSM perdió algo más de 123.000 votos, IU-LV consiguió casi 27.000 votos más y UPyD que se presentaba por primera vez a unas elecciones municipales logró representación, de forma que los grupos políticos en el ayuntamiento son cuatro por primera vez en veinte años.