Alfonso II el Casto les cedió en el año 1179 Alcañiz y sus alrededores, donde fundaron diferentes encomiendas y subencomiendas.
La encomienda de Alcañiz fue la más importante.
Los calatravos de Alcañiz extendieron la actividad de la orden durante la reconquista, adquiriendo sucesivamente Monroyo (1209), Alcorisa (1263), Calaceite (1271) y Calanda (1360) hasta llegar a Bejís (1235) y brevemente Villena (Reino de Valencia).
[1] Una serie de bulas papales fueron dejando la encomienda en manos de los monarcas Carlos I y Felipe II.
[2] En el siglo XVIII la encomienda de Alcañiz se fue fragmentando, obteniendo jurisdicción propia Valdealgorfa, La Codoñera y Torrocilla de Alcañiz.