Mientras intentaba huir, las personas del sector asesinaron a Roa Sierra, por lo que la CIA no tuvo necesidad de matarlo directamente.
En 1988 el investigador y escritor colombiano, Arturo Alape, visitó a John Mepples Spirito en su apartamento en un edificio de El Vedado, cercano al Hotel Nacional en La Habana, con autorización y bajo supervisión del Ministerio del Interior de Cuba.
Esta vez, Mepples se limitó a indicar que la información entregada en ese entonces había sido “floreada”, es decir, arreglada para ser creíble con el objeto de sobrevivir.
Pocas semanas después de revelar los avances del caso en mención, Umaña Mendoza fue asesinado por un comando paramilitar en su apartamento en Bogotá.
Esta afirmación ha sido corroborada tanto por la misma Gloria Gaitán como por los investigadores y abogados que tomaron el caso del asesinato de Eduardo Umaña Mendoza.