[8][9] La operación se convirtió en los mayores ataques aéreos efectuados por Estados Unidos desde la Segunda Guerra Mundial.
[10] Durante la campaña se realizaron 212 salidas adicionales de B-52 para apoyar las operaciones terrestres en Vietnam del Sur.
[11] Vietnam del Norte sufrió graves daños en su infraestructura y Estados Unidos celebró el varapalo que sus bombardeos habían provocado en la capacidad industrial del país, aunque otras fuentes, como el periodista Bob Woodward sostienen que a pesar de la euforia oficial, Nixon y su gobierno pensaban que los ataques no habían logrado «nada de nada».
[12] Por su parte el gobierno de Vietnam del Norte, sus aliados e incluso algunos países occidentales, como Australia, alineados con EE.
Vietnam del Norte denunció «que Estados Unidos había bombardeado hospitales, escuelas y zonas residenciales, cometiendo crímenes bárbaros contra nuestro pueblo».