[1] Posteriormente se instalaron en un chalet en la calle Gustavo Fernández Balbuena 25 del barrio de Chamartín en Madrid[3] y allí continuaron hasta su desaparición en 1992.
Philips les facilita un Philips Microprocessor Development System (el mismo equipo que tenían en Indescomp: un por entonces superordenador basado en Motorola 68000 que permitía emular las máquinas del mercado y cuyo precio rondaba los 7 millones de pesetas) y ellos realizan el entorno y le facilitan gratuitamente las versiones MSX de sus juegos.
[5] El primer título con el que Opera Soft comenzó su andadura como desarrolladora de videojuegos fue Livingstone Supongo.
Al contrario de lo que solía pasar con otras empresas, Opera sí obtuvo éxito en su estreno.
Algunos de sus miembros (como José Vicente Pons[9] o Eduardo Beiber) formaron la desarrolladora COMIX.
Se hicieron algunas versiones para Commodore 64, pero era un ensamblador totalmente distinto y con un mercado más reducido.
Mediante ingeniería inversa fueron dando con las rutinas para escribir en pantalla, hicieron una guía hardware, le desarrollaron su motor gráfico y lo incorporaron a la cadena de versionado.