Otros síntomas son un cordón umbilical anormalmente húmedo, con secreciones purulentas o turbias.
En promedio la onfalitis se presenta hacia el tercer día de vida del bebé.
La onfalitis puede evolucionar rápidamente a sepsis y convertirse en una infección grave con amenaza para la vida.
Por ello es importante mantener el cordón umbilical limpio y seco, enrollándolo con una gasa limpia todos los días o cada vez que se ensucie y tomando precaución para evitar que se contamine con orina o heces.
[3] Estudios recientes que han comparado la eficacia de varias medidas (uso de alcohol o ácido salicílico frente a higiene básica hasta que el cordón caiga por sí solo) han demostrado la efectividad del ácido salicílico.