[1] Sin embargo, muchos otros expertos consideran que en realidad el movimiento ya se cierra en 1971, con la obra Adiós, María de Xohana Torres.
Méndez Ferrín) que pretenden superar los modelos establecidos por la Generación Nós y por individualidades como Cunqueiro o Blanco Amor.
Para lograrlo, romperán con los procedimientos tradicionales de la prosa, como la linealidad del tiempo o el narrador omnisciente.
[3][1] La temática concordará con las visiones pesimistas propias del movimiento, siendo frecuentes asesinatos, suicidios, la soledad, el aislamiento, amores insatisfechos, etc.
[4][1] La lenguaje utilizada renegará del engebrismo, buscando la universalidad de los textos escritos, por lo que se posicionará en torno a un gallego protonormativo.
Los integrantes del movimiento nacerán en torno a la década de 1930, por lo que no sufriron directamente la Guerra Civil, pero sí sus consecuencias.
[2][4] Se considera que la corriente es iniciada por Gonzalo Rodríguez Mourullo con dos libros: Nace un árbol, (en galego Nasce unha árbore) (1954) y Memorias de Tains (1956).
María Xosé Queizán contribuirá al movimiento con La oreja en el agujero (en galego A orella no buraco) (1965), novela objectualista muy influenciada por el nouveau roman francés, aunque posteriormente tomaría otros caminos, abordando problemáticas sociales diversas como el sida, transexualidad, homosexualidad, etc.[1] Los integrantes serán militantes activos del galeguismo cultural y político.
[4][1] Se produce un paulatino alejamiento de la experimentación formal hasta 1980, fecha en la que el movimienta ya fue superado.