No desearás al vecino del quinto

La película fue estrenada con tan solo 35 copias y tuvo problemas debido a la censura franquista, consiguiendo convertirse en la película española más vista de la historia hasta el momento con 4.371.624 espectadores,[2]​ superando a La ciudad no es para mí de Pedro Lazaga con Paco Martínez Soria como protagonista estrenada 4 años antes,[3]​ y no siendo superada hasta 31 años después por Torrente 2, misión en Marbella.

Allí el doctor contempla asustado cómo Antón, su vecino del quinto, sin peluca y desplegando toda su oculta masculinidad, lo pasa bomba entre dos hermosas mujeres.

Al ser descubierto, Antón le confiesa a Andreu que finge ser "marica" para no tener problemas con los maridos de sus clientas.

Otra de las series en las que dejó su firma fue Los ladrones van a la oficina (Antena 3: 1993-1997).

“No desearas al vecino del quinto” acabó siendo un éxito en taquilla, solo superado 31 años después por “Torrente 2: Misión en Marbella” (Santiago Segura).

Esta película es la más representativa e imitada del landismo, que fue lo que dio pie al término para referirse a comedias eróticas, tal y como se llamaban a las comedias ligeras y un poco subidas para la época.

La narración se sitúa alrededor del enunciado central que Jacinta da al médico, que recibe a su marido con la siguiente reflexión: “hoy en día vivir en una capital de provincia es difícil, ¿sabe?”.

En un principio, No desearás al vecino del quinto propone una caricatura crítica de unos principios anticuados y prejuiciosos, pero el discurso de la misma es muy distinto, ya que su honor se basa exactamente en esos valores.

La figura masculina está caracterizada por un permanente e insatisfecho deseo sexual, considerándolo propio de lo español.

Y es que con ella no debe mantener relaciones sexuales hasta pasar por el altar, así se mantiene el romanticismo decente obligatorio cuando se trata de la novia con la que lleva varios años preparando su futuro matrimonio.