Nicolás de Ulloa

Sin embargo, dichas nominaciones fueron objetadas por el virrey y el Consejo de Indias.

Preconizado para ocupar el vacante obispado de Panamá en 1671, y accediendo a la petición del arzobispo Villagómez, fue retenido en Lima.

Por esa razón, Ulloa fue nombrado obispo del Tucumán a pleno derecho.

Si bien el obispo tenía que vivir en esa ciudad, optó por radicarse en Córdoba.

Al tomar posesión del cargo, envió como provisor y vicario general del obispado al arcediano Tomás de Figueroa.