[1] Ingresó a su diócesis por Humahuaca, donde se detuvo algún tiempo, para después pasar a San Salvador de Jujuy y Salta.
Su llegada a San Miguel de Tucumán se retrasó varios meses debido a una invasión de indígenas mocovíes, que habían causado unos 45 muertos en las inmediaciones de esa ciudad.
[1] Durante su breve gestión intentó fundar un seminario para su diócesis en Córdoba, que terminó por convertirse en convictorio para la formación de padres jesuitas, que de todos modos sirvió para educar también al clero secular.
[1] Tras su fallecimiento, el obispado fue gobernado por el arcediano Bartolomé Dávalos, pariente suyo.
Durante ese interregno ocurrió el terremoto que destruyó por completo la ciudad de Nuestra Señora de Talavera o Esteco, y que también dañó enormemente a Salta; fue en esa ocasión que ocurrió el milagro que se recuerda en la actualidad con las advocaciones del Señor y Virgen del Milagro.