Nikolái Álbov

Desarrolla en ese periodo estudiantil tuberculosis, y nunca más recupera su salud.

Pero no ceja en sus recolecciones botánicas: estudia la flora de la costa de Abjasia y la Transcaucasia Occidental, habiendo hecho la ascensión a las montañas Ahiliboh, Akachura, Chedym y Sanchara.

Viaja a Ginebra, donde se explaya sobre las investigaciones caucásicas y la colección de los herbarios académicos.

De Suiza Álbov hace tres viajes más al Cáucaso, y durante uno de ellos abre estudios sobre el desconocido glaciar que da al inicio del río Mzymta.

Álbov realiza expediciones botánicas, herborizando, en la Patagonia, Tierra del Fuego.

Bajan a la orilla, atraviesan la llanura ribereña cubierta del "bosque virgen" de Lepidophyllum cupressiforme.

Algunos días después el "Ushuaia" surcaba ya las aguas del estrecho de Magallanes, con fuerte oleaje.

Detrás del cabo las posesiones argentinas acababan y comenzaban las chilenas, testimonio de la columna fronteriza.

Sólo, quizás es posible compararla, con Suiza tirolesa, y así al fin Álbov -el primer científico ruso- ha pisado la Tierra de Fuego.

Nikolái Mijáilovich decide pasar la noche en el bosque, a la orilla del río, limpiando de ramas caídas un pequeño sector, hace una hoguera.

Los contornos de la Sierra se disminuían, apenas distintivo, comenzando el bosque pantanoso con arbustale.