Tal doctrina fue declarada herética por el Concilio de Éfeso, que depuso a Nestorio del patriarcado en 431.
Sus seguidores, los denominados nestorianos, difundieron su doctrina por Asia, llegando a crear una importante iglesia que se extendió desde la India hasta Siberia.
La capital mariana reaccionó con fuerza y Nestorio se vio obligado a intervenir.
Sin embargo, la ruptura con la tradición cristiana era evidente y su posición era impopular en Bizancio.
Le fue muy importante preservar la dignidad del eterno y divino Verbo, pero también recalcó que Cristo tuvo todas las facultades humanas, incluidas el alma y la mente humanas (a diferencia de la doctrina de Apolinario).
Nestorio no fue el primero en asignar ciertas acciones a la divinidad o la humanidad del Mesías.
San Gregorio de Nisa y San Hilario de Poitiers enseñaron cosas similares en ocasiones, con el último diciendo que la muerte se atribuye al hombre y la vivificación al Dios.
[12] Entendió que el Verbo tomó la verdadera humanidad de Jesús como su templo, vistiéndose en ella, pero permaneciendo distinto.
Sin embargo, no soportó la idea de que el Verbo pudiera sufrir y requerir sustento, ya que Él es omnipotente y de la misma naturaleza del Padre.
A medianos del siglo V, la Iglesia del Oriente, que tuvo muchos líderes alumnos de Ibas, adoptaron oficialmente la teología diofisísta que profesan hasta el día de hoy.
[17] Otros análisis eruditos han demostrado que se realizaron varias interpolaciones tempranas en el texto, en algún momento de la segunda mitad del siglo V.
Este libro había sufrido daños durante las conquistas musulmanas, pero estaba sustancialmente intacto, y se sacaron copias en secreto.
[19] El manuscrito original del siglo XVI fue destruido en 1915 durante las masacres turcas de cristianos asirios.
[20] En el Imperio Romano, la doctrina del Monofisitismo se desarrolló como reacción al nestorianismo.
Fue condenada en el Concilio de Calcedonia y se atribuyó erróneamente a las Iglesias no calcedonianas.