Jean Ducat, en su obra de referencia, Los Hilotas (1990), piensa que el estatus «estuvo inspirado por las medidas que las circunstancias habían dictado concernientes a los brasideos», es decir los ilotas liberados tras su participación en la expedición de Brásidas (424 a. C.).
Probablemente, no se les requería para el servicio activo, sino que eran situados en sitios estratégicos a lo largo de las fronteras.
Hasta 3000 participaron en las operaciones espartanas en Asia en el primer lustro del siglo IV a. C..
Junto a los neodamodes, los brasideos fueron establecidos como colonos en Lépreo, en la frontera con Élide, que reclamaba la soberanía sobre la región.
Los tebanos que invadieron Laconia en 370-369 a. C. se encontraron con una guarnición de neodamodes instalada en Orión, en la Escirítide, otro territorio fronterizo.