Un narcosanto es un santo católico o santo popular que es venerado (o a veces adorado) en su mayoría por criminales,[1] y en ciertas ocasiones por personas comunes, situación que ocurre particularmente en América.
Algunos de estos personajes religiosos son adorados con normalidad por personas sin relación a la vida criminal, pero existen ciertas organizaciones delincuenciales que tienden a llevar sus prácticas religiosas al extremo.
[3][4] La DEA dice que los narcosantos envalentonan a los cárteles y los hacen más peligrosos, particularmente porque los narcotraficantes «no le temen a la muerte», sino la adoran.
[5] Varios líderes narcotraficantes han intentado ser presentados como héroes populares modernos, a menudo con aspectos religiosos, creando cultos en torno a sus personalidades en las comunidades de donde eran originarios.
Después de la muerte de capos notables como Nazario Moreno González y Pablo Escobar, sus seguidores empezaron a considerarlos como narcosantos.