Al principio se destacó como excelente intérprete en clave y piano, además que también tenía habilidades para cantar.
[3] Igualmente tuvo que quedarse en casa con su padre mientras Wolfgang visitaba París y otras ciudades (1777-1779) con su madre.
También dio a luz tres niños propios: Leopold Alois Pantaleon (1785-1840), Jeanette (1789-1805) y Maria Babette (1790-1791).
Leopold siguió cuidándo de su nieto, se deleitaba con sus progresos y comenzó con un entrenamiento musical muy prematuro.
Marianne vio a su hijo sólo en sus ocasionales visitas, pero en general no estuvo involucrada en su crianza.
El pequeño Leopold estaba enfermo en su infancia, y quizás necesitaba permanecer en Salzburgo por esta razón.
Cuando Wolfgang estaba en sus giras musicales, le mandaba a su hermana sus obras de pianoforte, él confiaba plenamente en ella, tanto que le pedía que las revisara y diera una crítica sobre ella, Nannerl tenía un alto juicio musical.
De acuerdo al Nuevo Grove, Wolfgang «se mantuvo estrechamente unido a ella».
[2] Por el contrario, Maynard Solomon afirma que en su vida posterior Wolfgang y Marianne se distanciaron por completo.
[11] Durante su vejez, Marianne tuvo su primer encuentro con Constanze, la viuda de Mozart, desde su desafortunada visita en 1783.
Aunque Marianne ni siquiera sabía si Constanze se encontraba viva,[13] el encuentro fue aparentemente cordial pero no cálido.
Erróneamente pensó que Marianne se encontraba empobrecida, aunque de hecho dejó una gran herencia (7.837 florines).
[18][19] En esas 45 piezas hay varias composiciones como allegros, scherzos, marchas, minuetos, andantes y temas con variaciones.