Su ubicación original fue la residencia privada de J. Zaslavski, uno de los implicados en la recuperación cuyo domicilio se encontraba en la esquina entre las calles del pequeño mar y el gran mar.
Los fondos del museo se repusieron significativamente con excavaciones en Olbia y otras colecciones privadas.
Durante la Segunda Guerra Mundial (entre 1941 y 1944 concretamente), el museo fue destruido casi por completo.
Sin embargo, su exposición funcionó durante la ocupación e incluso se creó y operó desde su sede un grupo partisano clandestino.
Vivienda propia que recibió el director y cuidador del museo.
Estas fueron las exhibiciones más valiosas que se consideran perdidas hasta la actualidad.
Las exhibiciones se almacenaron en condiciones extremadamente deplorables: hasta 400 objetos por metro cuadrado.
Para 2020, el museo ya contaba con 21 salas de diseño moderno, aire acondicionado central e iluminación especial, una acogedora cafetería, un patio de juegos y sistema música ambiental por megafonía.