Museo de la Industria Armera de Éibar

En esté edificio tenía su sede la relevante fábrica de escopetas Aguirre y Aranzabal, AYA y es un ejemplar característico de la arquitectura industrial que se desarrolló en Éibar en el siglo XX.Es un tornillo de banco utilizado para sujetar las piezas mientras se realizan diferentes trabajos como el limado.Esta característica, originaria del trabajo gremial que históricamente se había realizado en la población (cada casa hacía una parte del producto y este iba pasando de portal en portal hasta su confección final, decían que todo Éibar era un taller) ha dado un carácter especial a la población, marcando sus características urbanísticas.El edificio en cuestión, es característico de los realizados en la población en ese período.Está realizado en hormigón armado, y se erige en varias alturas, adaptándose al desnivel del terreno, característica esta de las construcciones industriales eibarresas donde la orografía obligaba a aprovechar el escaso terreno para la construcción.Tras la guerra civil, se modificó y amplió a partir de 1951 quedando con la actual apariencia en 1960.El edificio acabó en manos municipales a finales de los años 80 del siglo XX.En lo alto, se ubica el símbolo gráfico de Aguirre y Aranzabal, un león, sobre las siglas AYA.El proyecto contemplaba la ubicación del museo en su quinta planta, ocupando una superficie de 500 m² que posteriormente se ampliarían a 1.200.Es la herramienta que identifica al hombre con la labor del trabajo y se pierde en la historia.Seguidamente, hay un punto de información donde se exponen datos sobre la colección y su contexto.Completando la exposición de las armas, se muestran elementos referenciales a su procedencia, así como al uso y contexto histórico.La primera sala, está dedicada a las armas de los siglos XVI y XVIII.La segunda sala, con armas del siglo XIX, guarda ejemplares que utilizan la chispa como forma de ignición.Estas salsas se encuadran dentro del ámbito denominado "'Tiempo", donde se muestra la evolución sufrida en la armería, consecuencia de los grandes avances tecnológicos acaecidos en el siglo XIX, en especial, en la carga de armas y cartuchería.La siguiente sala, está dedicada a las armas del siglo XX con escopetas de caza, revólveres y pistolas para la defensa personal y algunas armas de guerra como los subfusiles.Por último, la exposición se completa con una gran vitrina de armas actuales fabricadas en la localidad.Las viejas tecnologías y relaciones comerciales quedan patentes en el mismo, explicando como son las bases del florewcimiento industrial y social que se da en Éibar a principios del siglo XX.Éibar perdió casi la mitad de su población y buena parte del tejido industrial.Este dinamismo, tanto urbano, social como industrial, se refleja en los cambios urbanos que se han venido produciendo así como el nacimiento de nuevas empresas basadas en nuevas tecnologías.
Sala de la escopeta.
Vista general del edificio AYA.
Mesa de trabajo de un damasquinador.