El tornillo de banco es una herramienta que sirve para dar una eficaz sujeción, a la vez que pesada y fácil de manejar, a las piezas para que puedan ser sometidas a diferentes operaciones mecánicas como aserrado, perforado, fresado, limado o marcado.
[1] Se suele asentar en una mesa o banco de trabajo, bien atornillado a la superficie o apoyada en el suelo del taller.
[2] Tiene dos quijadas, una fija y la otra movida por un tornillo, normalmente de rosca cuadrada o trapezoidal, que gira gracias a una palanca, entre ellas se fijan las piezas a mecanizar.
Para no dañar la superficie de las piezas se suelen colocar unas protecciones llamadas galteras o bien, mordazas blandas, realizadas en plomo u otro material blando.
Estas características son, precisamente, las que posee esta herramienta.