Fue inaugurado en 2007 y se encuentra situado en la antigua plaza romana de Décimo Junio Bruto.
Tras un estudio pormenorizado, el conjunto se pondría en valor, convertido en Museo Arqueológico e inaugurado por la alcaldesa Rita Barberá en 2007.
Al final del banquete ritual fueron arrojados al fondo del pozo y se procedió a la cremación y a su cubrición con una potente capa de tierra, pues los objetos que se usaban en estas prácticas religiosas debían ser retirados rápidamente al ser considerados algo impuro para los humanos por haber estado en contacto con la divinidad.
Los canales fluviales que la rodeaban facilitaban la defensa, el suministro de agua y las comunicaciones marítimas.
Por eso estaba situado en un lugar céntrico, junto al foro, bien vigilado y de cómodo acceso.
Así, de esta época tenemos conservado en l’Almoina el foro, la basílica, el ninfeo, la curia.
Así, la construcción de la Via Augusta en el siglo I d. C., la arteria principal de comunicación hispánica que conducía desde Gades (Cádiz) a Roma, cruzando toda la Península por su lado este, coincidía con el cardo máximo en su paso por Valentia.
Era una gran plaza pública donde se desarrollaba la vida religiosa, comercial, política y jurídica de la ciudad.
Estaba presidido por un templo situado en uno de los lados cortos de la plaza y era a lo largo del porticado donde se abrían los diferentes edificios públicos, como la Curia (cuya planta entera también ha quedado conservada) o la basílica.
Era una gran fuente pública consagrada en su origen a las Ninfas, divinidades acuáticas, incorporando con posterioridad una compleja fachada monumental que contribuía al ornato de la ciudad.
El agua fluía constantemente por diversos caños que la vertían en una pileta estrecha y alargada de donde se podía recoger.
Junto a la Curia se encontró un edificio similar, muy mal conservado, y que se ha interpretado como una segunda curia, atendiendo a que Valentia contaba con un doble senado, los veterani y los vetera.
La basílica tenía una sala llamada Aedes Augusti, utilizada como tribunal de justicia y presidida por la estatua del emperador Augusto.
Su fachada principal recaía al cardo máximo y sus estancias se articulaban alrededor de un patio descubierto, en cuyo centro había una balsa.
En 1314 se trasladó su sede a la casa que Bernat Desclapers poseía en las inmediaciones de la catedral.
El edificio tuvo otras funciones, entre ellas cárcel de refugiados acogidos a la inmunidad eclesiástica, al menos entre los siglos XVII-XVIII.
La excavación fue recuperando la planta del edificio, con una única nave, que recorría el solar de norte a sur, con diversos contrafuertes y apoyos para los arcos.
Además, también se encontraron numerosos restos de cerámica, datados a partir del siglo XIV.