Este proyecto destacó por su enfoque en la valorización del patrimonio histórico, la accesibilidad y la educación cultural.
El museo recibió la mayor votación del público en su categoría, compitiendo con otros servicios regionales.
Se resaltó su compromiso con la participación ciudadana y la integración de tecnologías accesibles.
Este apoyo, junto con su proyecto de mejorar la experiencia de los visitantes, les permitirá seguir avanzando en ofrecer mejores servicios para quienes visiten tanto el Fuerte como el museo.
Posterior a la independencia y la incorporación de este territorio a la república de Chile, el sitio quedó en un abandono prolongado hasta la primera mitad del siglo XX, cuando fue utilizado para ejercicios militares por parte del ejército de Chile.
Un año antes se reconstruyó la Casa del Castellano, las cureñas y merlones de la batería; y realizó la primera excavación científica en el sitio, que fue seguida de otra realizada en el año 1994, de las cuales se obtuvieron los primeros objetos que constituirían entonces la colección basal del nuevo museo.
En 1998 se construyó el edificio administrativo aledaño sobre los cimientos de las antiguas oficinas de servicios municipales (información turística, teléfono público, baños y correo, entre otros).
Se han gestionado diversas intervenciones externas para la conservación del monumento.
Asimismo se han realizado otras obras menores para el mejoramiento del recorrido aunque la intervención más destacada se produjo entre los años 2013 y 2015, cuando a través del Programa Puesta en Valor del Patrimonio (BID–GORE) se ejecutó el proyecto que instaló pasarelas aéreas para atenuar el daño que el alto tráfico de visitantes estaba ocasionando.
El museo cuenta con un espacio que presenta una exhibición museográfica permanente, ubicada en la edificación llamada "casa del castellano".