La sala cuenta, además, con paneles explicativos de las diferentes etapas históricas reflejadas en la muestra («Los primeros habitantes», «La ocupación hispana», «El fracaso de la esperanza», «La colonización alemana en el sur de Chile», «Equipaje a la tierra prometida», «Etapas del poblamiento del Llanquihue», con un mapa y el decreto «Territorio de colonización del Llanquihue», «Llegada e instalación» y «Educación y vida social», más uno sobre el funcionamiento del molino.
En el exterior el mayor atractivo es la gran y antigua rueda de paleta para moler trigo, que es movida por el agua del canal y servía para iniciar la maquinaria que molía la harina con grandes piedras.
Construida en 1889 con maderas nativas nobles como avellano (Gevuina avellana), lingue (Persea lingue), laurel (Laurelia sempervirens, roble (Nothofagus obliqua) y tepa (Laureliopsis philippiana) sobre una colina, tiene una hermosa vista hacia el lago Llanquihue y sus volcanes.
Es una típica residencia de los agricultores alemanes que representa el auge económico vivido en aquel tiempo.
Como señala el panel explicativo, "el conjunto material exhibido ilustra el aporte de los colonos alemanes en el ámbito productivo, así como el desarrollo económico e industrial que caracterizó a la región a la llegada de los inmigrantes".
En el jardín del complejo museístico podemos encontrar las más diversas especies nativas —avellanos (Gevuina avellana), radales (Lomatia hirsuta), arrayanes (Luma apiculata)— e introducidas —encinas (Quercus ilex), arces (Acer), abedules (Betula), azaleas, camelias—; algunos ejemplares son árboles de más de cien años de edad.