[1][2] El museo destaca sobre todo por su colección de pinturas de los siglos XV y XVI.
[1] La primera sala del museo está dedicada fundamentalmente al pintor Fernando Gallego, que según algunos autores debió nacer en Salamanca, aunque otros afirman que no hay pruebas que lo corroboren,[2] y algunas de las obras expuestas en la misma son las siguientes: A ambos lados del Tríptico de Santa Catalina están colocadas dos tablas ejecutadas también por Francisco Gallego y que representan El camino del Calvario y la Piedad, habiendo formado ambas parte antiguamente del retablo mayor de la Catedral Vieja salmantina.
[4] Toda esta sala está cubierta con un «rico», en palabras de Rodríguez Gutiérrez de Ceballos, artesonado mudéjar adornado con motivos renacentistas y realizado por el carpintero Pedro Nieto.
[5] Y la obra más destacada de la sala es el cuadro de la Navidad de Fernando Gallego, que destaca por su realismo y cuyos personajes han sido tratados con ingenuidad y de manera popular, aunque la perspectiva del paisaje que aparece está planificada con una gran maestría, en opinión de Rodríguez Gutiérrez de Ceballos.
Y algunas de las obras expuestas también en esta estancia son las siguientes: Algunas de las obras expuestas en esta sala son las siguientes: