[1] Los prisioneros Muselmänner exhibían una severa emaciación y debilidad física, una apática languidez respecto a su propio destino, y una carencia de respuesta a su entorno.
La siguiente cita aparece en una nota a pie de página en el relato autobiográfico de Primo Levi sobre su estancia en Auschwitz Si esto es un hombre, y sirve como introducción a la palabra en este libro.
En Si esto es un hombre Levi utiliza dos variaciones ortográficas; Muselmann y Musselman, así como el plural, Muselmänner.
[2] El término se extendió desde Auschwitz-Birkenau a otros campos de concentración.
Frankl lo compara con las actitudes y comportamientos deshumanizados de los kapos.