Munuza

Usando por fuente la Crónica albeldense (elaborada hacia 881), se le retrata enfrentado a don Pelayo en Asturias, situándolo en la génesis de la Reconquista.

En 714, al ser reclamados Musa ibn Nusair y Táriq ibn Ziyad a Damasco por el califa al-Walid, Munuza permanece como valí del tercio noroccidental de Hispania, con sede, alternativamente, en Asturica Augusta, Lucus Asturum y Gijón.

Los motivos históricos personales pueden ser especulados, pero Pelayo puede muy bien haber tratado inmediatamente -como otros magnates contemporáneos pactarían así- de asegurarse una alianza con el nuevo poder en la zona, tal como después realizarían otros monarcas y magnates astur-leoneses con otros magnates o monarcas navarros de Álava o Pamplona y todas las dinastías harían en algún momento con el Califato de Córdoba, para garantizarse tratados preferentes sobre otros nobles en la zona y alianzas quizás en contrapeso al poder y sumisión nominal al duque Pedro de Cantabria.

Paralelamente, se organiza un ejército, que ataca el resto del territorio visigodo aún no sometido, la Septimania, conquistando Narbona en 721.

[cita requerida] Así, para el año 722, Munuza procede, desde Gijón, a la administración del territorio y el cobro de tributos.

Estas son las diferentes conyeturas: Sin embargo, otra crónica, casi coetánea y más contrastada, lo sitúa con bastante seguridad puesto a cargo de las tropas bereberes en las zonas fronterizas y de igual geografía montañosa en los Pirineos orientales.