La secularización también se refiere al proceso que experimentan algunos Estados o territorios cuando diversas instituciones y bienes pasan de la esfera religiosa a la civil.
Si bien no se puede determinar un momento exacto en la historia del primer caso de secularismo (habría que buscar la primera sociedad en relación con una religión y cómo su relación se desmorona), podemos remitirnos a los inicios de movimientos autodeclarados seculares, así como a la aparición del término mismo.
Si bien este movimiento tuvo muchos exponentes cristianos en sus inicios (Blaise Pascal, Gottfried Leibniz, Galileo Galilei), también aparecieron críticos de la religión proponiendo tratados que establecían los límites entre lo que la religiosidad impone y la vida civil, identificando esta última con la mayoría de edad o madurez del ser humano.
Este «ya no necesita» la tutela de la religión, sino que puede pensar y decidir por sí mismo.
George Jacob Holyoake, considerado el padre del secularismo inglés, gran activista de la secularización, definía lo secular como aquello que en esta vida podía ser controlado por la experiencia.
Así, por ejemplo, la inquietud espiritual no ligada a una religión concreta se manifestó en los últimos años del siglo XX en la llamada Nueva Era o new age.
Así también, algunas religiones, como la Iglesia católica y el islam, proclaman que la ciencia no es contradictoria con la fe y van modificando algunas de sus posiciones doctrinarias para no hacerlas contradecir flagrantemente con las del conocimiento científico establecido, al mismo tiempo que se oponen a los movimientos de secularización.
La secularización se divide en temporaria y perpetua; la primera es simplemente la autorización dada a un sujeto para poder vivir fuera de su orden, ya sea por un tiempo fijo, e.g., uno o dos años, o mientras duren circunstancias particulares, condiciones de salud, familia, negocios, etc., pero no hay cambio ni en las condiciones ni en los deberes del religioso.