[1] Fabricado originalmente en la Maestranza de Caleta Abarca por la empresa Lever, Murphy & Co, con planos del ingeniero británico A. Guillemore, fue reparado y reforzado en varias oportunidades.
Una adición notoria fue su típica grúa de 62 toneladas, fabricada en Leeds, Inglaterra, por Joseph Booth and Bros Ltd.
No pasaron muchos años hasta que la sociedad propietaria del muelle, y sus bodegas, fueran controlados por la Compañía Refinería de Azúcar de Viña del Mar (CRAV), una empresa emblemática en la región.
El muelle operó de esta forma hasta cerca 1932 cuando fue expropiado por el fisco, lo que se tradujo simplemente en práctica en fuertes aranceles.
Con el declive industrial de Viña del Mar el muelle entró en desuso en los años setenta.
Para el año 2000, el Municipio de Viña del Mar lo declaró edificio histórico, un reconocimiento merecido por su importancia en la historia industrial viñamarina.
Pese a esto la estructura estuvo abandonada hasta 2014, momento en el cual el fisco decide transformarlo en un paseo costero.
Se comisionó a esta empresa por su cercanía con las futuras faenas y el hecho de que ya había construido con excelentes resultados un antiguo puente en calle Libertad para la misma Población Vergara, y un muelle propio en Caleta Abarca.
[4][5] El proyecto se tradujo en otra sociedad anónima que financiara la construcción del muelle.
Este es el origen de la Compañía de Muelles y Bodegas en Población Vergara, que sería una sociedad paralela a la misma Población Vergara S.A, desde que en el directorio y accionistas en ambas figuraban casi las mismas personas.
Estos últimos pesaban 1.000 toneladas empotrados unos 13 metros en el suelo marino, y el resto en proporción.
En total se utilizaron unos 200.000 remaches en toda la obra, la que costó USD$ 400.000 de la época.
Los ingenieros del proyecto fueron A. Guillemore y R. Tolson, ambos ingleses, el primero contratado ex profeso por Sandiford para el proyecto, el segundo como supervisor, quien además fue el autor del loteo de la Población Vergara y era empleado por la sociedad propietaria.
reutilizó materiales que disponía para la fabricación de 12 locomotoras de vapor tipo 38 para Ferrocarriles del Estado que finalmente no fueron adjudicadas a la empresa y compradas en el extranjero, por ejemplo, los antiguos pilares eran calderas para locomotora unidas una sobre otra.
Sin embargo, esta reparación sólo consistió en demoler los 3 pilares que quedaron mar adentro, recortar el muelle a 150 metros de largo, y comprar 2 grúas pequeñas steam crane, que deberían operar por los costados con lanchas por la poca profundidad.
[13] Otro temporal en 1900 destruyó parcialmente la estructura, dejando sus operaciones reducidas a un 25%, lo que hizo inviable la explotación económica del muelle.
Esto significó que la familia Vergara ya no tendría injerencia alguna en la propiedad y los negocios del complejo.
Dado que la maestranza de Caleta Abarca ya no pertenecía a Lever, Murphy & Co; su sucesora la Soc.
[16] Ese mismo año todas las instalaciones fueron traspasadas a una nueva sociedad llamada ahora Cía.
Ante ese escenario la municipalidad desistió la concesión, dejando el muelle abandonado a su suerte.