[2][3][4][5] Jack Sawyer publicó un artículo titulado "Sobre la liberación del hombre" en la revista Liberación en el otoño boreal de 1970, en el que trató sobre los efectos negativos de los estereotipos del cometido sexual masculino.
Algunos estudiosos profeministas sostienen[9][10] que el racismo en la sociedad estadounidense ha castrado metafóricamente a los varones no blancos.
Por ejemplo, los varones negros son percibidos como carecientes de control sobre su supuesta agresividad sexual innata.
[cita requerida] La segunda ola del profeminismo ha prestado más atención a las cuestiones de la sexualidad, en particular la relación entre los varones homosexuales y la masculinidad hegemónica.
En parte, esta cooperación surgió porque la masculinidad fue comprendida entonces como un constructo social y como una respuesta a la universalización de los "hombres" como se veían en los movimientos varoniles anteriores.