La alegoría se remonta al siglo XVIII y XIX.
Tanto el teólogo Nikolai Frederik Severin Grundtvig como el escritor Bernhard Severin Ingemann y Steen Steensen Blicher usaron alegorías con Mor Danmark en sus obras.
Adam Oehlenschläger describió por el 1805 a su patria Dinamarca como su segunda madre.
La pintura muestra a una mujer rubia de rasgos escandinavos, que con una espada va caminando sobre un maizal.
Aquellas figuras ayudarían finalmente a crear un prototipo para la representación de Mor Danmark.