Nació en Polonia, pero dejó ese país a los 19 años.
Allí conoció al escultor danés Jens Adolf Jerichau, con quien se casó en 1846.
Regresaron a su país tres años después.
Inspirada en sus viajes a África del Norte y Turquía, también pintó varias piezas orientalistas de mujeres y harems.
Fue poco reconocida en Dinamarca, y de hecho su fama fue mayor en el extranjero, con exposiciones en diferentes ciudades europeas.