Continuó sirviendo como soldado en el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y resistiendo al gobierno boliviano, hasta que fue asesinada por los servicios de seguridad bolivianos en 1973.
Su cuerpo nunca fue devuelto a su familia y el lugar de su tumba sigue siendo desconocido.
Se instalaron en una granja que él compró en la selva boliviana, donde más tarde hizo sus últimas películas.
Ertl solicitó a su padre usar su inmensa granja, pero este se negó, por sus pocas perspectivas de éxito.
La pistola utilizada en el asesinato pertenecía a la editorial italiana de Giangiacomo Feltrinelli, quien en ese momento estaba en la clandestinidad política.