No se emitirá moneda en alfabeto fenicio-púnico hasta el siglo V a. C., cuando Cartago necesitó acuñar para financiar tropas de mercenarios encampañas militares en Sicilia.[2][4] Durante el segundo periodo, tras la derrota Cartaginesa en la primera guerra púnica se comienza a acuñar moneda en oro y plata con el objetivo de efectuar pagos a tropas, siguiendo la ocupación de la familia Barca del Sur peninsular y su posterior avance hacia la península itálica.[7] En el siglo II a. C. ya no se distingue bien si el sistema metrológico es cartaginés o romano; es probable la coexistencia de ambos patrones evolucionados para facilitar los intercambios a lo largo del siglo I a. C. A partir del año 206 a. C. Gadir conoce su máximo desarrollo económico debido al comercio y las buenas relaciones con Roma fruto de la expulsión cartaginesa.[3] Se detectan reducciones de peso en todas las cecas y la hegemonía del sistema ponderal romano, aunque con numerosas variantes.En Gadir ya transformada en la Gades romana se deja de utilizar el alfabeto fenicio entre los años 49 a. C. y 19 a. C. pero se siguen encontrando monedas hispano-púnicas en circulación mucho tiempo después, estas monedas acuñadas tras la anexión de Gades a Roma tienen una gran expansión y se llegan a encontrar en Galicia, toda la costa Mediterránea española y el Norte de África.