Los vecinos entendieron este hecho como una señal y levantaron, en el lugar donde el águila dejó la calavera, una iglesia que con el tiempo se constituye en parroquia del núcleo poblacional y sus caseríos.
La etimología del nombre puede venir de Tzea Urriak (Cea Urriac) nombre de una planta que era muy frecuente en el lugar, o de Tzear Otza, que quiere decir ladera fría.
Es así como Cenarruza quedó erigida como colegiata en 1379, por don Gonzalo de Mena y Roelas, obispo de Calahorra, diócesis a la que entonces pertenecía Vizcaya.
En la actualidad se constituyen en priorato de la orden trapense, manteniendo abierta una hospedería para peregrinos.
El complejo consta de: Tuvo hospital de peregrinos que se destruyó en un incendio pero que ha sido reconstruido recientemente y sirve como hospedería.