Se lo representaba con una máscara que levantaba para que se le viera la cara, y con un muñeco o un cetro acabado en una cabeza grotesca en la mano, símbolo de la locura.
Se dice que Zeus, Prometeo y Atenea, que habían modelado, el primero un toro, Prometeo un hombre y la diosa una casa, eligieron a Momo como árbitro.
La índole del personaje lo hizo ser frecuente motivo artístico y alegórico de la literatura emblemática.
Cuando Sir Francis Bacon escribió un ensayo titulado Of Building (XLV), afirmó en él que «Aquél que construye una buena casa sobre un mal asiento, se condena a prisión a sí mismo...
Específicamente, en las ciudades de Barranquilla (Colombia), Buenos Aires (Argentina) y Montevideo (Uruguay), durante el Carnaval se hace alusión al dios Momo.