Mohammad Omar

Luego formó su propio movimiento, que se hizo con el poder tras la Guerra Civil Afgana en 1996.

El mulá Omar dio pocas entrevistas y muy raramente se reunió con no musulmanes.

[3]​ Era imposible saber su real situación, teniendo en cuenta que se desconocía hasta su aspecto físico.

Su padre falleció prematuramente y el joven Omar, que había tenido que abandonar sus estudios religiosos en la ciudad de Kandahar, le reemplazó en la tarea de mantener a su madre y sus varios hermanos.

En la década de 1980, Omar pasó por madrasas o seminarios coránicos en torno a Quetta, en el Beluchistán pakistaní.

Según los talibanes, al ser herido por un pedazo de metralla, Omar se quitó su propio ojo y cosió el párpado cerrado.

Omar vino a dirigir un grupo de guerreros conocidos como los Talibán ("estudiantes").

Según la leyenda, quienquiera que lo hiciera tendría este título, siendo líder de los musulmanes.

Poco tiempo después, a finales de 1996, Kabul cayó en manos del mulá Omar y sus seguidores.

Sin embargo, no se trasladó a Kabul, que ha sido la capital afgana durante siglos.

Solamente Pakistán, Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos reconocían al régimen de Omar.

Bajo el mandato del mulá Omar, las autoridades talibanes hicieron cumplir una versión particularmente extrema de la Sharia o ley islámica.

El hurto fue castigado con la amputación de una mano y las violaciones o asesinatos con la ejecución pública.

En el sur pashtún, líderes tribales y antiguos mujahidín promonárquicos aceleraron la construcción, emprendida discretamente años atrás, de una red antitalibán.

El mismo, día fuerzas especiales de Estados Unidos aterrizaron en la capital y los talibanes huyeron.

Los rebatos de Omar, presumiblemente escondido en la ciudad sitiada por tres fuerzas pastunes y el Ejército estadounidense y bombardeada implacablemente por su aviación, parece que surtieron efecto, al menos durante unos cuantos días.

La declaración definía a al-Zarqaui como mártir y proclamaba que los movimientos de resistencia en Afganistán e Irak 'no serán debilitados'.

Sigue teniendo la lealtad de los principales líderes militares pro-talibán en la región, incluyendo al Mullah Dadullah y a Jalaluddin Haqqani.