[1][2] En la iconografía ha sido presentada como una joven vestida de blanco, con la mirada baja y «un ojo entornado», que en algunos casos sostiene un cetro.
[4] Tradicionalmente, la norma social recomienda en el individuo modesto evitar la excesiva atención personal, con medida y limitación tanto en acciones como actitudes, lo que hace que en ocasiones la modestia se confunda con la timidez o la simpleza de ánimo.
Ha sido considerada de manera alternativa como virtud antigua asociada a la humildad, pero enfrentada con la autoestima.
[cita requerida] Juan de Mairena, apócrifo de Antonio Machado, recomendaba a sus imaginarios alumnos: «Sed modestos: yo os aconsejo la modestia, o, por mejor decir: yo os aconsejo un orgullo modesto, que es lo español y lo cristiano.
Y añadía: ¿Comprendéis ahora por qué los grandes hombres solemos ser modestos?».