La última vez que el Misti demostró algún tipo de actividad relevante, como por ejemplo grandes fumarolas, fue en 1870.
[1] Por esta razón, en la noche echaron agua para congelar los restos y así sacarlos en bloques para trasladarlos hasta la ciudad.
Nunca antes se habían encontrado sacrificios en el cráter mismo de un volcán ni en una sola tumba a varios individuos.
[2] En caso de explosión la lava, gases y cenizas calientes correrían velozmente hacia la ciudad.
Otros volcanes de la misma cadena occidental, como Sabancaya y Ubinas, están en actividad continua desde hace varios años.