Misericordia et misera

[4]​ La carta comienza con una frase usada por San Agustín usado en su comentario del pasaje del evangelio[3]​ en el que se relata el encuentro entre Jesús y la adúltera.[4]​ El papa muestra su deseo de que el Jubileo de la Misericordia "no puede ser un paréntesis en la vida de la Iglesia, sino que constituye su misma existencia, que manifiesta y hace tangible la verdad profunda del Evangelio.Bien lo muestra ese pasaje del evangelio, pues "En el centro no aparece la ley y la justicia legal, sino el amor de Dios que sabe leer el corazón de cada persona, para comprender su deseo más recóndito, y que debe tener el primado sobre todo".Ante el pecado, como mostró Jesús ante la pecadora, no cabe el juicio en abstracto, hay que atender a la persona con misericordia.La Carta apostólica contiene unas novedades que modifican algunos puntos del derecho canónico, del calendario litúrgico, y de la Pastoral de la evangelización y sacramental:[5]​