Mis tres viudas alegres

Esta es la única película en la que Resortes alterna y actúa junto a las tres actrices (excepto Lilia Prado).

Por medio de las esquelas mucha gente se entera del fallecimiento y acude al panteón.

Entre los visitantes está la cubana Amalia (Amalia Aguilar), con su acta de matrimonio y dice que el día de su boda Don José recibió una llamada, se fue y nunca volvió.

Como las cintas tuvieron buen éxito, se repitió la fórmula y tocó a Silvia Pinal suplir (sin ninguna desventaja) a Lilia Prado para hacer de nuevo con las otras dos un trío de mujeres respondonas, simpáticas, alegres y, sobre todo, "bonachonas".

[1]​ En 1953, se filma una nueva cinta también protagonizada por el trío actoral femenino, y también dirigida por Cortés: Las cariñosas.