En 1842 su desastroso reino llegó a su fin cuando triunfó un levantamiento acaudillado por Toma Vučić-Perišić, tras el cual la dinastía de los Karađorđević ascendió al trono serbio.
[2] Once años más tarde, Miguel contrajo matrimonio con la condesa húngara Júlia Hunyady de Kéthely (1831-1919).
[6] Para lograrlo creía necesario acabar con lo que consideraba disputas partidistas y concentrar el poder en sus manos.
[5] Seguidamente, en 1861, Obrenović entregó el Gobierno a los conservadores, que se mantuvieron al frente del Ejecutivo hasta 1867.
[7] Los últimos tres años al frente del principado quedaron marcados por sus problemas maritales, que influyeron en la política serbia.
[3] Para la mayoría de los ministros, esto suponía incesto, y se negaron a refrendar los planes del príncipe.
[3] Obrenović destituyó al conservador Ilija Garašanin, pero no pudo pactar con los liberales acaudillados por Jovan Ristić, que exigieron cierta liberalización del sistema político.