Formó parte de una distinguida familia conformada por figuras como: Simón Rodríguez y Teresa Carreño.
Según el Dr. Elías Rodríguez Azpúrua, el doctor Miguel Pérez-Carreño poseía condiciones innatas para enseñar, entre las cuales destacaban: la facilidad de la palabra, el sentido práctico para enfocar los temas y casos clínicos de manera comprensible, utilizando un lenguaje apropiado y ameno y realizando asociaciones entre las experiencias clínicas y las anécdotas operatorias vividas por él.
A partir de 1936, realizó investigaciones y descripciones del síndrome colo-pericolo-apendicular de origen parasitario, y ocho años después presentó un trabajo sobre este tópico a la Academia Nacional de Medicina, cuya importancia se centraba en que planteaba un tratamiento quirúrgico para dicha enfermedad previo al médico.
También contribuyó a mejorar el tratamiento del síndrome Banti (crecimiento anormal del bazo) y de la hipertensión portal (causada generalmente por cirrosis hepática).
Dedicó parte de sus últimos años a realizar investigaciones sobre el cáncer.