Probablemente era de origen italiano, al menos por su familia, y conocía en efecto el latín.
De sus vínculos con el círculo reunido en torno a la emperatriz también da fe su llanto fúnebre por Andrónico Comneno (segundo hijo de Irene y Alexis I), que falleció alrededor del año 1130.
También dio clases privadas y entre sus alumnos famosos figuró Teodoro Pródromo.
En la Carta a Juan II agradeció al emperador una misión no especificada en Roma.
La obra conservada conocida consta de cuarenta y cinco textos: cartas, discursos ceremoniales, monodias, etc.