Se casó en Lérida, España, con Isabel Ana de Torres.
Sirvió desde 1645 en las galeras de España, donde permaneció casi catorce años.
Su administración fue algo agitada, debido a los constantes ataques de los piratas en ambas costas.
En agosto de 1681, cuando apenas llevaba una semana al frente del gobierno, hubo una incursión pirata a Matina.
El 31 de diciembre dirigió un informe al presidente, en el cual recomendaba la construcción de un fuerte en la boca del río Matina o en el paraje denominado Punta Blanca.
Sin embargo, no se tomó ninguna otra disposición sobre el particular y las incursiones de los piratas continuaron produciéndose frecuentemente.
En 1686 los piratas saquearon nuevamente Esparza e incendiaron la población, de la que solo lograron salvarse la iglesia paroquial, la de San Francisco y el llamado convento anexo a esta, que no era una comunidad sino la residencia del sacerdote.
Con baste en esta autorización se construyó una ermita un paraje entre los ríos Tenorio y Corobicí.
En ese mismo año, el obispo de Nicaragua y Costa Rica fray Nicolás Delgado efectuó una visita pastoral a Costa Rica, lo cual no ocurría desde 1674.