, requiriendo energía térmica cuántica comparable aproximadamente a la masa del miniagujero negro completo; y una longitud de onda Compton equivalente al radio de Schwarzschild del agujero negro (esta distancia siendo equivalente a la longitud de Planck).
Este es el punto donde la descripción gravitacional clásica del objeto no es válida, siendo probablemente muy importantes los efectos cuánticos de la gravedad.
Aunque si esto fuera posible, cualquier producto de la colisión sería inmensamente inestable y se desintegraría casi instantáneamente.
Algunos físicos teóricos han sugerido que las múltiples dimensiones postuladas por la teoría de cuerdas podrían dar lugar a la interacción gravitatoria.
[1] Son sólo esas asunciones cuánticas las que guían a la crisis de la masa de Planck: en relatividad general clásica, un agujero negro podría ser en principio arbitrariamente pequeño.